Muchas veces salimos de casa con la idea de hacer una fotografía que ya tenemos en mente. Cuando llegamos al lugar, por unas circunstancias u otras, nos decidimos por otro tipo de fotografía que no tiene nada que ver con lo que habiamos pensado.
Eso es lo que me ocurrió un día de otoño en Ucieda. Salí de casa como un cazador, con todo el equipo preparado para dar una vuelta por el bosque y apuntar con mi objetivo a alguna seta despistada que se me pusiese a tiro. El caso es que no encontré ni tan siquiera una sola seta (aunque estuviese comida por las babosas, o bernabiques como les llaman en mi pueblo). Decidí entonces acercarme a un arroyo al oir su murmullo entre las hayas y finalmente me volví a casa con varias fotos de pequeños rincones en los bosques de Cantabria.
Eso es lo que me ocurrió un día de otoño en Ucieda. Salí de casa como un cazador, con todo el equipo preparado para dar una vuelta por el bosque y apuntar con mi objetivo a alguna seta despistada que se me pusiese a tiro. El caso es que no encontré ni tan siquiera una sola seta (aunque estuviese comida por las babosas, o bernabiques como les llaman en mi pueblo). Decidí entonces acercarme a un arroyo al oir su murmullo entre las hayas y finalmente me volví a casa con varias fotos de pequeños rincones en los bosques de Cantabria.
Pues que sepas que son preciosas. Seguro que mejores que las de las setas.
ResponderEliminarencantador!
ResponderEliminar